Estas cumbres son consideradas de altísimo nivel y fueron instauradas por otro dictadorzuelo con barnices democráticos, admirado por la derecha centrada, que responde al nombre de Felipe, que hoy día goza de una lujosa villa en el país vecino, muy próxima y vecina al palacio alauita, que con el sueldo de ex-presidente y consejero de alguna energética no da para tanto como destaca.
Otro tanto puede decirse de una buena pléyade de políticos españoles, ex-ministros y demás ralea que por lo bajini son receptores de un trasiego de billetes procedentes del plus ultra más cercano y plantan mansión en sus palmerales o playas.
El plantón es uno más de los muchos que el moro ha infligido a España en la persona de este chisgarabís narciso y autócrata que responde al nombre de Pedro o Antonio.
No ha muchos días el ministro de exteriores marroquí levantó el teléfono para advertir a otro chisgarabís de segunda llamado Albares, que dicen es ministro de Exteriores de España para que ni se le ocurriese votar a favor de la condena del parlamento europeo al régimen norteafricano por la vulneración de la libertad de expresión y la persecución a periodistas. Ordenado y hecho.
El grupo socialista español votó en contra de la condena al régimen de la dictadura marroquí, no fuera a ser que como dijo Vargas Llosa, cuando se jodió la Cumbre. Pues la Cumbre se le jodió al psicópata.
A mayor abundamiento y para no irritar y tocarle los cataplines más de lo debido al moro, de emigración ilegal se va a hablar poquito o más bien nada y en todo caso dándole vueltas a la boina en señal de no molestar, así como nada de nada de exigir a los políticos del país vecino de que den alguna muestra de renunciar a la exigencia y afán de zamparse nuestras ciudades de Ceuta y Melilla, que hunden su hispanidad, no ya en los siglos XIV y XV, sino en la romana latinidad, al igual que el resto de España..
Tampoco tienen importancia los desplantes y vejaciones como aquella que le perpetraron a otro majadero y hoy comisionista zascandileante por hispanoamérica ex-presidente de gobierno, un tal que responde a Zapatero, en otra reunión en que sobre la cabezota de éste figuraba un mapa en que el Sahara, Mauritania, algún que otro país subsahariano, las Canarias, Ceuta y Melilla integraban el nuevo imperio marroquí.
Más recientemente, al fraudulento presidente que hoy nos desgobierna le encabalgaron ante nuestra Bandera en posición invertida y oiga, nada de nada, aquí no pasa nada.
Decía un reciente ex-ministro de exteriores del centro-demo-cristiano que se caracteriza por hablar siempre con un tufillo de venerable superioridad que el déspota que nos desgobierna ha tenido la rara habilidad -yo diría que intencionalidad- de encabronarnos con Marruecos, Argelia y los Saharauis, con todos al unísono, como consecuencia de traer a reponerse del Covid al secretario General de la República Saharaui, que enfadó a Argel y de rebote Marruecos nos coló, ilegalmente como siempre, a 20.000 niños y jóvenes por las fronteras de Ceuta y Melilla. Más que redondo, para cumplir con los mandados de algunos multimillonarios para los que España es un mero laboratorio de las nuevas desgracias que nos esperan.
Como consecuencia nos quedamos a dos velas, nunca mejor traído, de gas argelino, con cuyo país manteníamos unas relaciones digamos que bastante amistosas y unos contratos de suministro de gas a largo plazo también bastante favorables.
Nos quedamos con las oleadas de inmigrantes a Canarias y toda la costa sur y sureste españolas, al socaire de los caprichos y vicisitudes de nuestras tormentosas relaciones con Marruecos y con la enemistad de saharauis que rotó 180º de la noche a la mañana al reconocer el falso doctor ilegalmente expresa y públicamente la marroquinidad de aquellas tierras que fueron años ha una provincia española más.
Para más bochorno, fue el gobierno marroquí quién escribió la ignominiosa carta, con giros y faltas de ortografía en la que España vendía el Sahara.
Cuando nuestros vecinos nos aprietan las tuercas con oleadas de inmigrantes, nosotros les arrimamos pasta, que vaya a saber a dónde va a parar, o les compramos jeeps majestuosos mientras nuestros guardias civiles tienen que conformarse con unos vehículos andrajosos, o cuando a los guardias marroquíes no les gustan nuestros mandos o éstos reclaman medios para sus guardias, pues los destituyen y los envían a poner sellos en una mesa. Así queda retratado el ministro Marlasca servum servorum del indigno.
Cuando el moro tose, no es que la Moncloa se resfríe sino que mandan comprar Fortasec a espuertas y rollos y rollos de doble capa bien confortable. Esta es nuestra política exterior con nuestro tradicional país vecino con el que se dice que siempre hemos mantenido lazos de una fraternal amistad. Pues, si no llegan a ser fraternales no quiero imaginarme la guerra en que nos hubiésemos metido.
Díganos, presidente: ¿qué le pillaron en las 2,6 gigas que los servicios de inteligencia marroquíes le trasegaron de su teléfono móvil?, ¿qué tan graves chanchullos deben ser lo que contienen que le llevó a comportarse inexplicablemente en lo del Sahara y en lo del parlamento europeo?, ¿qué negocios llevó a cabo su señora, si es que llevó alguno, en el país vecino? Si todo es diáfano y transparente díganoslo.
Si no es así, el refranero español dice que el que calla, otorga.
José Enrique Villarino (ÑTV España)