La jefa de inspección fiscal también va a ser investigada por no abrir una investigación interna sobre el bochornoso episodio. Claro que cómo va una jefa de inspección a abrir un expediente sobre unos hechos que afectan a su jefe máximo en una institución jerarquizada.
Una buena ocasión para revisar la autonomía de la Fiscalía y recuperar el prestigio de la institución.
Lo del Fiscal General, Álvaro García Ortiz, puede ser el primer escalón de las contingencias de Sánchez. Porque la deriva autocrática del ‘cambiacolchones’ sólo tiene un único freno: el poder judicial.
Y el Supremo es consciente de su responsabilidad histórica: o ponen freno al totalitarismo ahora o recuperar la democracia será una tarea de titanes si no imposible.
Luis Losada Pescador (ÑTV España)