A pesar de los desesperados intentos de unos y otros por poner etiquetas ideológicas a Vox, muy pocos analistas políticos han sabido ver la auténtica y verdadera razón por la que este partido no deja de crecer desde 2018. Y no, no es porque Vox sea un fenómeno extraño y de una gran complejidad; más bien es por el ínfimo nivel de la mayoría de los analistas.

Vox es, básicamente, el partido del sentido común en España. La gran mayoría de sus propuestas políticas las firmarían nuestros padres y abuelos sin pestañear. ¿Qué debe hacerse con los inmigrantes ilegales? Pues obviamente, echarlos a sus lugares de origen. ¿Qué debe hacerse con los partidos separatistas? Pues obviamente, ilegalizarlos. ¿Qué debe hacerse con los okupas? Pues obviamente, sacarlos de dónde están, si es posible a patadas.

En realidad, es esto precisamente lo que exaspera, encabrita y saca de quicio por igual a la izquierda chequista y a la derechita cobarde: la evidencia de que Vox es el partido del sentido común, de la lógica de las cosas. Y es por eso por lo que se desgañitan lanzando al partido de Abascal todo tipo de insultos y obscenas descalificaciones. Saben que es imposible competir con Vox en sentido común.

Pero, como suelo decirles, la realidad es siempre tozuda. Vox no se habría convertido en la tercera fuerza política de España (por número de diputados nacionales) si realmente fuera esa mezcla terrorífica de nacionalsocialismo, fascismo y KKK como lo pintan sus detractores políticos y mediáticos. No ganaría, como gana, en muchos barrios obreros; no lograría el voto transversal que casi desde el principio viene consiguiendo. No tendría detrás a más de 4 millones de españoles.

Las elecciones de este domingo van a ser la prueba del nueve para saber si España está preparada para un cambio sustancial en la dinámica perversa que el bipartidismo ha generado las últimas décadas. Si por fin los complejos absurdos, las etiquetas hilarantes y el agit prop barato van a dejar paso a una forma de gobernar que piense primero en el bien común de los españoles. Que ponga a España por delante del interés partidista.

Sánchez está completando una labor que tanto socialistas como populares han venido realizando de demolición de todas las fortalezas tradicionales de España, tanto en lo moral como en lo cultural o económico.

Vox, después de un proceso de maduración y de depuración, se presenta a esta cita electoral con la bandera del sentido común y libre de los complejos que siempre arrastró la derecha.

Que Dios ayude a los españoles a elegir bien.

Rafael Nieto (ÑTV España)

Categorizado en:

Política,

Última Actualización: 13/06/2024

Etiquetado en: