Inicio este editorial con una emocionante exposición de la tragedia en Valencia y la demanda de humanidad al gobierno que no la ha demostrado, jamás, y que se acentúa la nauseabunda carencia con esta dantesca tragedia usada torticera y carroñeramente para sacar inicuo beneficio.

Izascun Rodríguez, ciudadana valenciana, denuncia que los coches fúnebres están funcionado a las 4 de la mañana para no ser vistos. No puedo evitar expresar mi coraje sabiendo que los mismos criminales siguen causando los más crueles daños. ¿La misma macabra estrategia de la genocida plandemia agravada desde la Moncloa del hijo de satanás sánchez? 1.900 desaparecidos están cifrados en las bases de datos de Emergencias 112. ¿Dónde están? Cientos de miles de coches han quedado destrozados y muchos vecinos, sin saber del riesgo que corrían, intentaron salvarlos del aguacero convertido en Gota Fría asesina. ¿Dónde están tantos desaparecidos?

Además de la salvaje debacle han de aguantar las víctimas a los asaltadores carroñeros, atacantes contra las víctimas indefensas, que en otro país recibirían un tiro en la cabeza como modo de evitar perjuicios tan ruines en defensa de las víctimas tras una ruina de este calibre. Van a disculparme el desacostumbrado tono de indignación y quizá el freno al verdadero impulso de asco que inspira esta manada de bestias.

Es mucho peor lo que esconden en las entrañas estos malparidos que lo que la inmensa mayoría de ciudadanos imagina, incluso lo que aún les votarían. Son demonios, literalmente. Con los antecedentes del ocultamiento de las verdaderas cifras de muertos que provocó la plandemia con órdenes protocolarias de sedación, no es de extrañar que el destino pusiese en evidencia a esta manada de asesinos sin conciencia que aprovechan las tragedias para lucrarse o sacar rédito político con la hecatombe de Valencia.

Quizá aprendido del ponzoñoso «pablo iglesias», un mastuerzo parasitario que aún proviniendo de una familia de desalmados no tuvo a bien la madre abortar. El hijo de su madre hablaba entonces de politizar el dolor aprovechando la matanza que sabe bien Dios fue impulsada con  el fin de exterminar la denominada generación de hierro.

Nos mataron a nuestros padres con premeditación y alevosía y nos mantuvieron encerrados para que no hubiese testigos del genocidio aprovechando la sumisión de las Fuerzas de Seguridad del Estado; las que se convirtieron en cómplices de criminales, lucrados además, con un supuesto y ciego cumplimiento del deber que fue el pretexto para comportarse como forajidos uniformados.

No se les cayó la cara de vergüenza ni cuando descubrieron que los dos confinamientos fueron ilegales. ¿Dónde está la conciencia de estos miserables, mandados robóticos capaces de las peores aberraciones contra los inocentes?

Los medios de comunicación comprados, las putas más guarras sacadas de los platós de las televisiones espantosas para prostituir la decencia manipulando las declaraciones de los testigos de la brutal Gota Fría en Valencia, son los mercenarios satánicos de los que se vale este desgobierno criminal con ministerios secuestrados por súcubos e íncubos, cuyos ministros cada vez que abren la boca demuestran ser  auténticos hijos de Satanás.

No hace falta que se repitan en las actitudes carroñeras para muchos que los tenemos identificados hace años, pero ver a «margarita robles», «marlaska»-dejado en evidencia por Francia cuando mintió sobre las ayudas que prestaba el país vecino-, «óscar puente» y esa colección de malparidos declarando con absoluta ausencia de sensibilidad humana sus mentiras, apabulla hasta la náusea a muchos ya, en tanto otros comienzan a percibir el hedor a azufre que expelen estos corruptos con la pútrida condición personal al más apestoso descubierto.

Dani Desokupa denuncia que quitándose la ropa empapada de barro, olía a muerto. Las zonas afectadas están alfombradas de personas desaparecidas. Entre estos carroñeros de la gobernanza de Satanás y las putas, más que guarras televisiones y medios de comunicación prostituidos encubriendo los múltiples crímenes de Sánchez y compañía, están ocultando la cifra de muertos que yacen abandonados, como lo están los que aún viven tras el desastre infernal, sin que se hayan movilizado las fuerzas necesarias para atender la emergencia, con un desgobierno de desalmados que ha politizado el dolor echando la culpa autonómica a un Partido Popular que se ha prestado estúpidamente a blanquear al verdugo cruel al que, ciertamente, casi linchan en Paiporta.

Estando de acuerdo en que su vida corría peligro, el chulesco estafador debió de pasar terror con la desaforada indignación de quienes perdiéndolo todo, no les hubiera importado una mierda apuntarse una muesca en la pala con la que han desenterrado muertos. Aunque también queda la duda de que una escoba rompa cristales y el séquito del traidor se encargara de montar un buen atrezo.

Este desgobierno de criminales oculta lo sucedido, el calibre de la dantesca destrucción, los cientos de desaparecidos, la atención psicológica y las lágrimas de los bomberos y buzos que se han sumergido en el cementerio de Aldaia, en el mayor parking del Centro Comercial Bonaire-con capacidad para 5.700 coches- donde todo parece indicar, a pesar de las cortinas de falacia e inhumanidad de los manipuladores, que es un inmenso cementerio donde los perros perciben el olor de la muerte masiva. La Policía toma la zona por órdenes de un gobierno de psicópatas empeñados en esconder muertos con la misma malignidad con que  profanan tumbas.

Me creo todo lo abominable que llevan en la cara estos hijos la gran ramera de Babilonia, cuyos culos apestosos se sientan en los ministerios de España. Es tal la peste demoníaca con la que atufan con sus solas presencias que no dudo los múltiples crímenes añadidos que han sumado a los ya perpetrados y que son imposibles de esconder bajo los tapujos ridículos de la conspiración de una ultraderecha inexistente, cuando España vivió en convivencia bien avenida antes de que los malparidos de la complutense enseñaran el camino a Zapatero: primero para crear disensiones y sacar beneficio con la estrategia de confrontación que ha llevado después el carroñero «sánchez» hasta el punto de desarrollar ese grado de cobarde psicopatía que demuestra ante el mundo entero, afortunadamente para él rodeado de guardaespaldas. En Paiporta seguro que le rozó la muerte y los afectados la habrían considerado la única justificada cuando miles de desaparecidos no dan señales de vida, a la espera de que las aguas rebajadas descubran el verdadero terror que intentan minimizar estos diablos bien pagados por el aquelarre monclovita.

Desgraciadamente, al gesto de valentía del rey Felipe VI se le resta que, cuando una afectada le dice compungida a la reina Leticia que hay que sacar este gobierno de delincuentes, se acerque al rey y argumente que España es una democracia y «así tiene que funcionar». ¿De verdad esto es democracia con corrupción plena en las instituciones que no miran por los ciudadanos y ataca lo decente?

A la conciencia de Su Majestad quede la disquisición de lo que es una democracia y lo que es un criminal al asalto de ella, aprovechando suciamente el desgaste y la estafa como la mentira permanente. Si el más que aborrecido Sánchez continúa dañando España, la historia hará al rey cómplice de los estragos por venir. Tristemente.

Toda fuerza y esperanza con esta España tan desangelada en las manos de demonios y caiga el peso de las muertes sobre los culpables.

ÑTV España

Categorizado en:

Política,

Última Actualización: 05/11/2024

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