Desde hace mucho tiempo, de acuerdo con quien protagonice la película, visiono o no una de las producidas por el cine español. De esta forma, si figura en su relación de actores algunos de los más significados del clan de “la ceja”, paso olímpicamente de verla ya que no tengo ganas de vomitar.

El clan de la “ceja”, formado por recalcitrantes comunistas y socialistas de esos de chalet con piscina y coche último modelo, lleva mucho tiempo produciéndome náuseas. Estoy harto de sus bodrios siempre cargados de tintes ideológicos cuya única pretensión es ensuciar todos aquellos temas que abordan en sus producciones. No me extraña, por tanto, que cada vez sean menos los españoles que acuden a las salas cinematográficas a ver cualquiera de estos estrenos.

El cine, igual que la prensa y demás medios de comunicación, por muchas subvenciones públicas que reciban no pueden o no deben utilizar los recursos que les proporciona la gran o la pequeña pantalla o las páginas de los periódicos para decantarse, de forma obscena y manifiesta, por una ideología política concreta y, con ello, hacer campaña de proselitismo en beneficio de determinadas siglas, sobre todo cuando en sus argumentos siempre tratan de desprestigiar a los rivales.

No hay más que ver cualquiera de las películas españolas en las que toman parte estos indeseables del clan de “la ceja” para comprobar que los mensajes subliminales siempre apuntan en la misma dirección: glosar las “grandes virtudes” de la izquierda y poner de manifiesto la canalla actuación de la derecha. Poco importa el argumento, la finalidad es siempre la misma.

De poco vale que en el argumento no se mencionen siglas políticas pues es suficiente con localizar cronológicamente la trama para detectar quienes son los malos y quienes los buenos que, por cierto, curiosamente siempre son los mismos.

Desde que el canalla de Zapatero, uno de los tipos más deleznables de la historia de España, hizo aquel gesto que a partir de entonces sirvió para identificar a esta caterva, ellos no cejaron en su campaña para que la izquierda siguiese mal gobernando España, poniendo en ello toda la carne en el asador.

Sabemos que los socialistas, en su afán de dominarlo todo, han regado con grandes subvenciones públicas, para ganarlos para su causa, a esta colección de mediocres que han conseguido que el cine español, por muchos premios que reciba en la cuna del cine yanqui -otros que tal bailan-, se haya convertido no solo en mediocre, sino en del todo irrelevante.

En el colmo de ese pago de favores con el dinero de todos, el sátrapa Sánchez se ha permitido subvencionar el cine a determinado sector de la sociedad, haciendo buena aquella frase de otra de estas lumbreras que pidió que no se comprasen carros de combate para el Ejército y que ese dinero se invirtiese en financiar el cine español, para así él, y sus compañeros del clan, vivir mejor a cuenta del resto de nosotros.

Son, por tanto, unas consideraciones que no se tienen con otros sectores, el Circo, por ejemplo, que malvive fruto de la falta de apoyos; los Toros, la fiesta Nacional por excelencia, que esta gentuza izquierdosa y populista se quieren cargar a todo trance; la Zarzuela, totalmente abandonada por los sectores de la izquierda, igual que el ballet y la danza española o el Teatro clásico de nuestros genios de arte dramático, grandes desconocidos en nuestra Patria, especialmente para los más jóvenes.

Es, por tanto, esta, otra de las asignaturas que el gobierno salido de las próximas elecciones, una vez Sánchez y su mariachi se vayan para su casa o para donde sea, que tiene que superar y dar a estos de “la ceja” el trato que se merecen, restringiendo al máximo el reguero de subvenciones y contralando muy bien a quien apoyan y a quien no y desde luego, nunca, a quien utilice los recursos públicos para hacer campaña en favor de unas siglas, sean estas las que sean.

El cine es una industria, pero hay muchas más como ella que también necesitarían las subvenciones que recibe toda esta gentuza, cuyo único fin es producir bodrios de claro significado político que causan más daño del que se cree, sobre todo a los jóvenes.

Así que una vez que Sánchez, los socialistas y comunistas, incluida la nieta de Dña. Rogelia y sus acólitos, dejen definitivamente la poltrona, habrá que exigir al nuevo gobierno que emplee los recursos en cosas más productivas que el cine español que no más que un refugio de sectarios con los bolsillos llenos.

Otra asignatura pendiente que tendrá que superar el nuevo gobierno.

Eugenio Fernández Barallobre (ÑTV España)

Categorizado en:

Política,

Última Actualización: 13/06/2024

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