Reconozco que ver y oír al zascandil de Zapatero divagando en un mitin sobre “el infinito…” y “el planeta…” puede resultar divertido. Más o menos, como contemplar a la tucana “tenacillas” encaramada al atril diciendo disparates como aquél de “autoridades y autoridadas”. Sin embargo, los aplausos de su audiencia, además de producir vergüenza ajena, son preocupantes.
Igualmente, los tertulianos del PP intentando explicarse los resultados electorales pueden parecernos cómicos. Aunque la campaña de La Cope, Libertad Digital, El Mundo, La Razón, El Debate, Antena3, 13TV y Telemadrid, arremetiendo junto a El País, Público, La 1, Cuatro, Tele 5 y La Sexta, ¡todos a una!, contra el enemigo común, suponga, en realidad, uno de los episodios más patéticos y bochornosos de los últimos tiempos. Y, por desgracia, las consecuencias de esta farsa antidemocrática sean trágicas para España.
Uno que ha perdido la cabeza por completo es Federico Jiménez Losantos. El día anterior a las elecciones nos anunciaba por escrito lo que ya sabíamos: que votaría a Feijóo. Y, para justificarlo, nos dejaba un planteamiento delicioso: “la gravedad del momento […] obliga a pensar con el corazón y votar con la cabeza”. En fin… ¡Qué cosas hay que leer! Y uno que creía que se piensa con la cabeza… Y también recuerda aquellos versos de Kipling: “Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando a tu alrededor todos la pierden…”
Pero es que, además, Federico el jeta tenía el cuajo de esgrimir un concepto como “el liderazgo” como eje de su razonamiento. Y, claro, “el factor que desequilibra la balanza a favor de Feijóo es el liderazgo personal”. ¡Olé! Porque, como el mismo periodista reconoce cargado de soberbia, que Abascal no le baile el agua “ha perjudicado su liderazgo dentro de la Derecha y favorecido el de Feijóo”. Pues para mí que si Feijóo ha obtenido más votos que Abascal no es por sus principios –ninguno–, ni por el calado de su programa –inexistente–, ni mucho menos por su “carisma” –más inexistente aún–.
En fin. Sería perder el tiempo entrar al trapo ante semejante lógica. No tengo idea de lo que significará “liderazgo” para Federico, pero es que tampoco me importa.
La cuestión es que tal como se han desarrollado las cosas en España en las últimas cinco décadas, el pertinaz intento del periodista por apropiarse del concepto de “libertad” y de dirigir “la derecha” como si fuera suya, por suerte, ha fracasado. Primero, porque muchos españoles pensantes no quieren ni necesitan ser tutelados; y, por otro lado, porque Federico se ha convertido en un lacayo de las elites globalistas.
¿Por qué evita hablar de la Agenda 2030? ¿Por qué no emplea jamás la palabra globalismo? ¿Y de qué libertad habla? ¿Por qué detectamos constantemente la autocensura en su discurso? ¿Por qué su inhibición con tantos temas? ¿Por qué nunca tiene tiempo para denunciar el adoctrinamiento en las escuelas, financiado con fondos europeos en toda España, incluyendo Madrid? ¿Por qué esa ligereza para despachar la guerra en Ucrania sin salirse un milímetro de la corrección política? Seguro que no soy el único en hacerme estas preguntas, ni el único en sentirse defraudado.
Siguiendo con el artículo, observamos que, como una Yoli cualquiera, Federico se hace la víctima afirmando lo siguiente: “el Grupo LD ha sobrevivido a la hostilidad de todos los presidentes desde González. Sobreviviremos a Abascal […]” ¿Pero toma por idiotas a sus lectores o es que ha perdido la vergüenza por completo? Probablemente las dos cosas, pero parece que todo el problema con Abascal es que éste le ha leído el juego y VOX, por fin, ha decidido no pagar el impuesto revolucionario para servir de comparsa a un caradura sin principios…
Tal vez haya quien no lo recuerde, pero Federico respaldó en su momento a Rajoy y también a Casado; como ahora ha hecho con Feijóo. Y, sin embargo, pretende ignorar que Feijóo es más de lo mismo. ¿Por qué reincidir en el error apoyando a un PP sin principios ni programa? ¿Es que no ha aprendido nada en los últimos cincuenta años sobre la partitocracia en España? Yo creo que sí, pero el PP de Ayuso le suelta mucha pasta y le convenía pedir el voto para Feijóo para seguir llenándose los bolsillos.
Reconozco que, durante años, por su firmeza contra el comunismo, Federico me pareció un tipo íntegro e inteligente. Sin embargo, hace tiempo –y más leyendo cosas como ésta– que dejó de parecerme ni lo uno ni lo otro.
En definitiva, creo sinceramente que habremos avanzado mucho cuando la derecha y los españoles que aspiramos a una España unida, justa y libre nos hayamos liberado por completo de ciertas tutelas.
Filípides (ÑTV España)