Hoy, desde las filas más comprometidas y serias de nuestro país, vengo a ofrecer unas disculpas por lo que se ha revelado como un pequeño lapsus. Resulta que, en un intento por mejorar el marco legislativo español y alinearlo con las directivas europeas, cometimos un error que ha pasado un poco desapercibido hasta ahora: hemos votado a favor de una modificación que reduce las condenas a 44 etarras.
Parece ser que siete de ellos están condenados por delitos de sangre. De haberlo hecho a propósito, sería imperdonable. Por suerte, no nos dimos cuenta de ese pequeño detalle, y estaríamos decididos a pedir disculpas por ello si fuera necesario.
Nuestra intención, como siempre, era mantenernos firmes en la protección de la seguridad de todos los españoles. Sin embargo, entre los tecnicismos y la prisa del día a día, terminamos apoyando una ley que podría adelantar la liberación de algunos terroristas. Pero tranquilos, son cosas que pasan.
El objetivo inicial era alinear la legislación con la normativa europea, lo cual suena bien (y de paso nos facilita delegar responsabilidades), pero no anticipamos el pequeño detalle que beneficiaría a los presos de ETA. Al fin y al cabo, todos hemos ignorado alguna vez la letra pequeña o aceptado las cookies sin pensarlo demasiado. No podemos estar en todo, todo el tiempo. Somos personas, por más que a muchos de vosotros os guste deshumanizarnos y señalarnos.
Ahora bien, entendemos que nuestros votantes, especialmente aquellos que siempre nos han confiado la defensa de la unidad de España y de la justicia, podrían sentirse algo molestos. Por eso, estamos dispuestos a asumir plena responsabilidad si lo consideramos necesario.
Estamos implementando medidas internas que podrían incluso llevarnos a pensar en acarrear consecuencias, pero no hay que olvidar y reconocer que la culpa la tiene el Gobierno. Nos engañaron. Porque nosotros, rigurosos y transparentes, jamás habríamos apoyado una ley sin entender completamente sus implicaciones. ¿Cómo íbamos a saber que esta ley también iba a beneficiar a esos etarras?
Afortunadamente, el Senado, donde parece que contamos con mayoría, aún tiene la oportunidad de frenar este despropósito. Nuestra intención, al menos hasta octubre de 2024, con una validez aproximada de un ciclo lunar, es bloquearlo. Intentaremos buscar la manera de hacer todo lo que consideramos posible para evitar que esta ley entre en vigor.
Porque somos firmes defensores de la justicia, especialmente cuando nos damos cuenta de lo que otros son capaces de hacer. Hemos pedido al Gobierno que retire el proyecto y, si no lo hacen, estudiaremos cualquier alternativa para blindar a España de este error, al menos de ahora en adelante.
Queremos dejar claro que, incluso, podríamos llegar a empezar a cuestionarnos si debemos entender el enfado de nuestros votantes. Es más, podríamos considerar que quizás sea posible que en algún momento alguien se moleste.
Pero, por favor, no olviden que esto ha sido un simple descuido, un error que, aunque tiene sus consecuencias, no refleja en absoluto nuestra firme determinación de luchar contra el terrorismo. Nos ha pillado por sorpresa, lo que es completamente comprensible dado lo impredecible de las votaciones.
Ahora, tras revisar lo sucedido, podemos asegurar que tomaremos medidas para que esto no se repita, siempre y cuando detectemos alguna leve señal de malestar entre esa brillante y perspicaz masa de nuestros votantes (y votantas).
Así que, con todo esto dicho, pedimos nuevamente disculpas a las víctimas y a todos los ciudadanos que confiaron en nosotros. No es que hayamos decidido reducir las condenas de unos cuantos terroristas por diversión. Ha sido un desliz burocrático.
Uno bastante importante, sí, pero no duden de nuestro compromiso para subsanar el error. No se preocupen, haremos todo lo posible para que nuestros errores futuros, al menos, sean menos escandalosos.
Pablo Cobos (Hércules)