No porque los africanos fueran durante siglos víctimas del racismo, de la discriminación racial y de la esclavitud, se les puede consentir que impongan en Europa sus criterios con la típica arrogancia africana.

Agrupación Nacional no es un partido racista, y mucho menos lo es VOX, pero como para los africanos y otras etnias que viven en nuestros países europeos sí lo son, se entienden muchas cosas. Se entiende, entonces, que el africano Mbappé haya “advertido” contra la formación de la señora Le Pen, por más que tenga que respetar el criterio de una buena parte de la población autóctona de Francia.

Máxime, cuando lo suyo es el circo, esto es, entretener a los franceses, que es el cometido de los jugadores de fútbol, como el de todo deportista; no otra cosa que dar espectáculo para entretener. Son los antiguos gladiadores de Roma, a quienes también se les pagaba. Hacer otra cosa no está entre sus funciones, mientras actúen en el circo. Es lo que hay.

Deberían saber, y si no habría que decírselo, que Europa es un continente con un contenido diferente al de África, y que, si ellos tienen allí todo el derecho de imponer su cultura, su identidad y su forma de vida, aquí, en Europa, no lo tienen en absoluto. Un continente al que han llegado para tener una vida digna, y la inmensa mayoría hasta para poder comer.

Con todo, y como en todas partes hay tontos. Esa misma noche, el mayor aplauso que en España ha recibido el africano Mbappé por lo que dijo, lo recibió del paleto acomplejado de Juan Manuel Castaño y de gran parte de sus acólitos, llegando a comparar el discurso del Mbappé con el que podría haber dictado el mismísimo presidente Macron. Lo dicho, un paleto acomplejado este Juan Manuel Castaño.

Ahora bien, por encima de la anécdota, la cuestión de la advertencia del jugador de fútbol Kylian Mbappé tiene más calado. Y lo tiene, porque está en la búsqueda, por parte de la población africana o de origen africano que vive en Europa, de relación.

O para ser más precisos, en la búsqueda de una narrativa con la que puedan nuclear su identidad europea.

Necesidad, digo, porque las prescripciones identitarias, progresistas y bienintencionadas de nuestro continente, no les son suficientes a la hora visibilizar su identidad africana que pretenden que sea más mutable, menos estanca y transversal sobre el concepto de la otredad: no ser o parecer iguales.

Hablaríamos de una pretensión original que no tendría parangón con el movimiento afroamericano, ya que aquellos fueron traídos a una tierra desconocida forzosamente en barco como esclavos.

P.D. No sigo la Europa de Fútbol y quiero que pierda España. Es lo que nos faltaba para estar en la palestra de toda la inmigración internacional: ¡Pan y Circo para todo el que entre!.

Pablo Gasco de la Rocha (ÑTV España)

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Política,

Última Actualización: 23/06/2024

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