Prepárate para una semana -ya empezó hace días- llena de violetismofemi-bolchis gritonas, femi-bollis tan a gusto por la calle, declaraciones empoderadas, techos de cristales de colores, manifiestos muy sororos y manifestaciones menos sororas… Y hasta eventos “COÑO-FEST” para celebrar adecuadamente violeta el Día de la Mujer, en un restaurante de playa (que por cierto, al ser una “cooperativa”, recibe beneficios fiscales del Estado). Así está el patio. Y piden “propuestas escénicas de mujeres que investiguen y exploren la sexualidad”. Eso sí, de 7 minutos máximo. Me lleva a pensar que quizás sea un reclamo para la “inversión en ocio” de los diputados del PSOE de “Tito Berni”…

A propósito de este evento, me pregunto por qué están discriminados en esta fiesta vaginal los trans que no poseen vagina… ¿No habría que meterles una buena multa, según la Ley Trans, a este restaurante presuntamente discriminador?

En fin, que estamos metidos como cada marzo en un auténtico alarde mediático-político-sindicalista para hacernos creer que las mujeres siguen oprimidas en 2023 y que hay que implantar una cultura legislativa y una legislación cultural donde se criminalice a la mitad de población, la masculina, y poder controlar a la otra mitad, la femenina, según los presupuestos de la nueva izquierda agendista-globalista-veintetrentista mundial.

Y todo esto viene este año envuelto, a más a más, en un contexto único para esa izquierda, un momento de conjunción planetaria: Ley Trans, Ley de (más)aborto, Ley del “sí es sí”… todo un pack destructivo en el Congreso de España. Todo un Pack de Leyes violetas. Mejor dicho… ¡ultravioletas!

La Iberosfera no se queda atrás: leyes vicarias, aborto por imposición de jueces políticos, la OEA metiendo partido, Disney en su línea arcoíris con el ratoncito Mickey que ya no sabe lo que es, etc.

Estamos en toda una semana, casi un mes (que lleguen ya los ramos y salga la “borriquita”, porfa…) dedicado, dicen, a la mujer, al feminismo, a la causa de la igualdad… Pero la realidad es otra muy distinta: denuncias inventadas para obtener beneficios económicos, violencia feminista, vandalismo en manifestaciones, desigualdad cotidiana en los juzgados, violadores que salen de la cárcel cada día, gracias también a Irene Montero, y hasta crímenes perpetrados en nombre del feminismo, como hemos recordado tristemente en Argentina con el caso del niño Lucio, asesinado por dos lesbianas.

Aparte de eso, no nos olvidemos del adoctrinamiento-violeta en vena a todos los alumnos: todos a formar en escuadra y saludar a la bandera nazi-violeta, como en un régimen totalitario cualquiera… Concursos escolares, actos en los patios, trabajos en todas las asignaturas… Mientras quizás no pueden ver a sus padres en meses, denunciados falsamente de maltrato por sus madres.

Y todo trufado de ideología. Como dice José Miguel Alvarado en el libro «El matriarcado ultravioleta»: “intentan hacernos creer que no tenemos naturaleza, o lo que es lo mismo: que la mujer no nace, se hace, como cacareaban los existencialistas ateos de Sartre y Simone de Beauvoir y, ahora, sus discípulos Irene Montero y Podemos”. Y podríamos añadir: también cada uno de los ideólogos de género que ya están implantados en Hispanoamérica.

Pedro Mejías (ÑTV España)

 

Categorizado en:

Sociedad,

Última Actualización: 13/06/2024

Etiquetado en:

,