Cuando la OMS y nuestro gobierno quisieron impedir las autopsias, decenas de médicos forenses les hicieron una higa a esas dos pandillas de canallas. Y mientras la mayoría del gremio médico (matarifes con bata blanca) obedeció órdenes irracionales y genocidas, unos pocos dieron el do de pecho.
Entre ellos destaca el valiente médico forense asturiano D. Manuel Jesús Rodríguez, que ya nos explicó cómo, analizando tejidos de “muertos covid”, ningún médico encontró virus nuevo alguno. También nos explicó con todo lujo de detalles cómo, tras la inoculación masiva de una sustancia “eficaz y segura” a la población, se generalizaron patologías antes rarísimas, al tiempo que aparecieron otras nunca vistas.
Milagros de la “medicina” moderna.
D. Manuel Jesús ya tiene claro qué es lo que produjo las muertes de las “olas covid”. No fue el virus inexistente con el que las autoridades y mass mierda nos metieron ese pánico, con el que sedujeron a una masa adocenada para que aceptase medidas ilegales e irracionales. Esas medidas con las que, casualmente, muchos de ellos hicieron fortuna. Sigue el dinero, dice un aforismo policial.
Fueron las redes de antenas 5G, que se instalaron en Wuhan (y en donde quiera que apareciese la “nueva enfermedad) justo antes de las primeras olas de esa “novedosa” enfermedad, que en realidad no tiene nada de novedosa.
“Covid” es un burdo reetiquetado del ya conocido síndrome de irradiación agudo. Lo asombroso es que la mayoría del gremio médico se tragó esa mentira tan grosera, con la misma tranquilidad que si fuese una pastilla “juanola”. Tal vez el dinero siga teniendo algo que ver.
Mercenarios miserables que pagarán más temprano que tarde su felonía.
D. Manuel Jesús nos lo contó a petición de Miguel Rix, para su impagable e indispensable documental “Memocracia”.
No deje el lector de escuchar la verdad, en palabras de un médico de verdad. Y si puede, hágaselo llegar a todos los médicos que conozca, para que sepan lo poco que les queda para restaurar la dignidad perdida, o pagar su complicidad con los criminales que nos gobiernan.
Y si tiene una antena cerca de su casa, ya se puede poner todas las mascarillas que quiera, que el misterioso “virus” se apoderará de usted tarde o temprano.
Fiat iustitia, ruat caelum.
Hágase justicia, aunque se hunda el cielo.
Galo Dabouza (ÑTV España)